Cerebro felino y canino

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Cerebro felino y canino

En muchos momentos decimos que no entendemos a nuestra mascota o peor aún que no nos entienden a nosotros, pero quizás deberíamos rascar un poco para averiguar como funcionan, hasta donde llega su potencial y de que manera, el ser humano es responsable de su bajada de capacidad y más aun cuanta culpa tenemos en no potenciar ese gran órgano. Antes de entrar en detalles de cada uno de ellos, una de las cosas que tenemos que tener en cuenta son dos factores que en muchos momentos, muchas más de las deseadas, no consideramos, una es, que al igual que los humanos, aunque a mucha gente parece que se les ha olvidado está faceta, necesitan aprender antes de poder desarrollar, del mismo modo que los humanos, la información existente el cerebro al nacer de cualquier animal es cero y lo único que tenemos son instintos adquiridos por siglos de evolución, pero igual que los humanos necesitamos meses para poder caminar o poder hablar, los animales desde muy poco tiempo tienen capacidades que para nosotros son impensables en comparación con el tiempo, pero del mismo modo que necesitamos que nos enseñen a andar, hablar, leer, etc. ellos también necesitan que les enseñemos, así que antes de culpar o regañar a tu mascota, reflexiona si en algún momento has “invertido” el tiempo necesario para que el cerebro de ese gato o perro haya aprendido, que le pides, que debe hacer y que lo sepa realizar, mientras tanto plantéate tomar el tiempo necesario para hacerlo y si lo hiciste piensa que ha “fallado” para que no lo esté haciendo.

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Hace un tiempo planteamos un curso de gestos de perros y gatos, al que algunos de vosotros, bastantes, vinisteis y hablamos de la cantidad de gestos comunicativos que les habíamos “borrado” a los dos por no entender y por no saber y eso había perjudicado tanto en la gestión entre ellos como en la de que nosotros, pues en el cerebro ha pasado algo parecido, durante los últimos 10.000 años, tiempo que llevan los gatos vinculados al ser humano, han renunciado a instintos por la domesticación de los animales, un estudio acredita que el cráneo de los felinos se ha visto reducido comparado con gatos monteses o el gato salvaje africano, que fue la primera raza en domesticarse por parte del pueblo egipcio, esa disminución ha venido causado por la disminución de la masa cerebral, viéndose especialmente afectada en esa disminución las células de la cresta neural, que son las encargadas del procesamiento y respuesta ante amenazas, el tamaño del actual cerebro felino es del 0.91% de su masa corporal, sirva como comparación que el de un humano es del 2,3%.

Los estudios realizados indican que la evolución del cerebro de un gato llegando a su edad adulta equivaldría a un niño de 2 años, esa disminución tiene datos positivos y es que los estudios demuestran que los aspectos cognitivos han aumentado, pero es cierto que se ha restado capacidad al gato. Dentro de ese cerebro almacenan tres tipos de informaciones, principalmente, espaciales, recuerdos a corto y recuerdos a largo, de hecho, en los recuerdos a corto, según estudios, pueden llegar a 24 horas y en largo, años, con esos datos entendemos esa fase de “enfado” cuando a nuestro gato le molesta algo que hemos hecho o en largo, al veterinario que le hizo daño, que nos perdonen los veterinarios por el ejemplo.

A nivel anatómico los cerebros felino y humanos tienen grandes similitudes, con la variación de la orientación, los gatos poseen corteza cerebral (responsable de la cognición, emociones, funciones motoras, memoria y planificación), tronco encefálico ( frecuencia cardíaca y temperatura) y cerebelo (regula el movimiento y controla el equilibrio) a nivel de la orientación nuestro cerebro esta orientado de arriba hacia abajo y el de los gatos esta de adelante hacia atrás. A nivel neuronal los gatos tienen 250 millones de células cerebrales, similar a un oso pardo, lejos de las de los humanos que oscilan entre los 21 a 26 mil millones, aunque a pesar de ser menores se considera que tienen aspectos más desarrollados que nosotros como el reconocimiento espaciotemporal, equilibrio y las capacidades innatas de la raza.

Los gatos son capaces de aprender unas 200 palabras, una de ellas su nombre, por lo que es algo que debemos potenciar y aprovechar y además podemos prolongar el buen estado de su cerebro con el consumo ácidos Omega 3 y 6, taurina y otros nutrientes esenciales que podemos encontrar en alimentos de alta calidad, en baja calidad pueden contener, pero en dosis muy bajas, o como complementos.

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En el caso de los canes pues también se observan cambios de los cerebros de los perros hace años respecto ahora, incluso si lo comparamos con su “familiar” salvaje más próximo, el lobo, donde vemos un volumen de 130cm3 siendo un 100cm3 en los perros. En el caso de los perros los cambios son mayores debido, en gran parte, a que llevan más cantidad de tiempo vinculado a los humanos, por lo que su cerebro ha tenido una evolución mayor principalmente en aspectos de adaptación al entorno social. Ese volumen, del que acabamos de hablar, esta basado en un estudio de Universidad Eötvös Lorànd de Hungría y realizaron un estudio sobre 865 cráneos, cogiendo más de 150 razas distintas de perros y unas 50 de especímenes de lobo, y además de esa diferencia, también observaron que entre las razas de perros el volumen del cerebro en relación a su cuerpo es mayor cuanto más distantes son genéticamente de los lobos, por lo que se desprende que la evolución del perro, de forma independiente le ha proporcionado un mayor crecimiento del cerebro, de este estudio también se saco la conclusión que aunque los perros y humanos llevan “unidos” más de 25.000 años, durante los primeros 10.000 los aspectos morfológicos de perros y lobos eran similares.

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En estos años de evolución el cerebro del perro ha disminuido una media de un 20% respecto a los ancestros más salvajes, porque han ido prescindiendo de elementos que en estado salvaje no podían hacer, a cambio han aumentado otras facetas en áreas cognitivas especificas como la memoria o la obediencia, es algo que se ha visto acrecentado en los últimos 150 años, dando pie a observar que en cerebro del perro ha crecido en tamaño, respecto al de ejemplares de hace un par de siglos, esa evolución ha proporcionado información como que las zonas de activación del cerebro varia dependiendo de la fase de edad en la que se encuentre el perro, dejando de usarse llegados a una edad para emplear otra. Otro aspecto importante, es que el cerebro de nuestro perro no solo distingue su nombre, si no más importante, el tono de la voz de su guía cuando recibe un comando u orden, dentro de ese mismo estudio se observo las reacciones del cerebro a estímulos de refuerzo positivo, neutro y negativo, observando que las partes de vinculación a la realización de una acción aumentan la parte del cerebro empleada al recibir un refuerzo positivo.

A nivel aspecto nuevamente lo comparamos con el humano, observamos grandes similitudes, teniendo limitaciones en algunas áreas y sin embargo siendo mucho más desarrolladas en otras, hay aspectos, como hemos hablado antes con los gatos, como las neuronas observando que los perros en ese punto duplican a los gatos, siendo de unos 500 millones de neuronas, aunque lejos de las de los humanos.  Otro de los aspectos que lo asimilan, aunque se gestione cerebralmente hablando de distinta forma, es que los perros son capaces de distinguir familiares y ajenos, algo que durante muchos años se considero algo que solo aplicaba a los humanos. En el estudio realizado se cogió a perros que solo habían recibido ordenes es uno de los dos idiomas usados, estos fueron español y húngaro, además de introducir variantes formadas con palabras revueltas. Lo primero que obtuvieron fue que eran capaces de distinguir entre el habla y el no habla, viendo la reacción el corteza auditiva primaria, al escuchar palabras entremezcladas del idioma. Uno de los autores del estudio indico que “mientras el cerebro humano está especialmente adaptado al habla, los perros únicamente pueden detectar la naturalidad del sonido”, a partir de ese punto se observo que los perros son capaces de distinguir entre dos idiomas, siendo además algo que mejoraba conforme a su edad, en ese sentido el cerebro de un perro tiene una evolución de un humano de 2-3 años hasta los 2 años de este y posteriormente va en un crecimiento de unos 5 años humanos. En el caso de los perros, como antes con el gato, son capaces de aprender unas 200 palabras.

Una vez explicado todo esto, queda patente que la capacidad verbal y de aprendizaje de los felinos y caninos es alta, por lo que estimular su cerebro le hará entender y comprender mejor las cosas, aprender a gestionar situaciones y todo esto revierte en una mascota mucho más feliz y equilibrada. Pero del mismo modo que a un niño le enseñamos como hacer distintas acciones y como aprender a dar los pasos para cumplirlas, en el caso del perro y del gato las fases son exactamente iguales, para obtener un resultado, que con sus capacidades cerebrales lo harán para toda la vida y que como insistimos siempre, con el refuerzo positivo la evolución es mejor, más segura y se asienta mejor en el cerebro de nuestra mascota.

Cerebro felino y canino

Esperamos que os haya gustado, a nosotros nos parece un tema sumamente interesante, y como os decimos siempre cualquier duda nos podéis consultar y sin problema os trataremos de ayudar y si podéis compartirlo, siempre será bienvenido.

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